martes, 2 de febrero de 2010

Dia de la Candelaria


tomado de El Universal
La fiesta del Día de la Candelaria es una costumbre que tiene su origen en la celebración litúrgica de la fiesta de la purificación y la presentación del Niño Dios al templo.

Conforme a los datos difundidos por el portal de información Catholic.net, "en tiempos de Jesús, la ley prescribía en el Levítico que toda mujer debía presentarse en el templo para purificarse a los 40 días que hubiese dado a luz" .

El texto explica que "si el hijo nacido era varón debía ser circuncidado a los ocho días y la madre debería permanecer en su casa durante 33 días más, purificándose a través del recogimiento y la oración" .

Una vez cumplida la fecha, la madre "acudía en compañía de su esposo a las puertas del templo para llevar una ofrenda: un cordero y una paloma o tórtola" .

En cuanto al niño, se abunda que "todo primogénito debía ser consagrado al Señor en recuerdo de los primogénitos de Egipto que había salvado Dios. Lo mismo pasaba con los animales primogénitos" .

José y María, los padres de Jesús en la Tierra, lo llevaron al templo de Jerusalén. "Como eran pobres, llevaron dos palomas blancas. Al entrar al templo, el anciano Simeón, movido por el Espíritu Santo, tomó en brazos a Jesús y lo bendijo diciendo que El sería la luz que iluminaría a los gentiles" , enuncia.

Vestido con ropas blancas como símbolo de la pureza y la inocencia, Jesús llegó al templo con José y María, a quien Simeón le dijo que "una espada atravesaría su alma, profetizando los sufrimientos que tendría que afrontar" .

Catholic.net explica que el día 2 de febrero de cada año se recuerda esta presentación del Niño Jesús al templo, llevando alguna imagen del Niño Dios a presentar a la iglesia o parroquia.

Indica que también ese día se recuerdan las palabras de Simeón, al llevar candelas o velas hechas de parafina pura a bendecir, las cuales simbolizan a Jesús como luz de todos los hombres. De ahí viene el nombre de la "Fiesta de las candelas" o el "Día de la Candelaria" .

En México se acostumbra que aquellos a quienes les tocó el niño de la Rosca de Reyes, son los que deberán presentarlo en el templo el día de las candelas.

Para ello, se debe vestirlo y engalanarlo. También, comprarle un trono para sentarlo. Las velas benditas se pueden prender cuando surjan las dificultades de la vida durante el año.

Esta fiesta termina con una merienda familiar y de amigos, en la cual se sirven tamales y atole de sabores y chocolate caliente. En ella se invita a los presentes a reflexionar acerca de la obediencia de María y a agradecer la presencia de Jesús para iluminar el camino a la salvación eterna.





En la época en que Jesús nació, se acostumbraba que las madres y los niños permanecieran encerrados en su casa durante 41 días, para que la madre pudiera reponerse y purificarse.

Llegada esa fecha los niños eran llevados al templo, junto con una ofrenda que podía ser un cordero, palomas, flores o tórtolas y eran presentados ante los sacerdotes.

Cuenta San Lucas en su evangelio, que cuando María y su recién nacido hijo Jesús entraron al templo, el sabio Simeón, lo tomó en sus brazos y lo bendijo diciendo que -él sería la luz que iluminaría a los gentiles y que sería la gloria de Israel-.

De ahí viene que el 2 de febrero, 41 días después del nacimiento de Jesús, se festeje el día de la Candelaria. El nombre le viene de las "candelas o velas" que representan la luz de Cristo, proclamada por Simeón.

Pero esto no termina ahí, ¿recuerdas que el 6 de enero la familia y los amigos se reunieron para partir una deliciosa rosca que en su interior tenía uno o más "niñitos" y alguien al encontrarlo en su rebanada, comentó ¡A mí me tocan los tamales!?

Pues bien, el "niño" estaba oculto porque representa al niño Jesús cuando se "escondió de los soldados que querían matarlo", y la persona que lo encontró en su sabrosa rebanada, se conviertió en su "padrino o madrina", lo que quiere decir que adquiere el compromiso de cuidarlo y representarlo, pero también de hacer una cena con deliciosos tamales, el 2 de febrero.

Pero, la tradición de los "niños dioses" va mucho más allá, que recordar el hecho histórico y ofrecer tamales a los invitados. Muchas familias visten elegantemente niños dioses que han pertenecido a sus familias durante muchas generaciones y el 2 de febrero los llevan a la iglesia para que el sacerdote los bendiga.

El niño, es vestido a todo lujo, depositado en una canasta con flores o sentado en un trono y después de la misa de bendición, se reúne con los familiares y amigos para celebrar el acontecimiento con tamales y un espumoso y calientito atole.

Vestir a los niños dioses, se ha convertido en una actividad que se realiza en los mercados populares y los atuendos más solicitados son:

- Los del Santo Niño de Atocha, con su báculo y sentado en una silla.
- El de San Francisco, con su hábito café y sus sandalias.
- El Niño de las azucenas, con túnica blanca y una vara de azucenas en la mano.
- El Niño Juan Dieguito, con su camisa bordada con la Virgen de Guadalupe.
- El Niño de las palomas con su ropón blanco y una paloma entre las manos y muchos otros más.

Esta fiesta coincide con lo que la Iglesia habría de instituir, como el Día de la Purificación de María, pues se celebra justamente a los cuarenta días después de Navidad; que serían los que la mujer necesitaba después del parto para quedar pura, siempre y cuando hubiese parido un varón porque si era niña requería el doble de tiempo, o sea de: ¡ochenta días!

Pero antiguamente el dos de febrero marcaba, en ciertas partes del mundo el principio del año, el fin de las nevadas y el despertar de la tierra. Se hacía un culto especial con semillas y una gran profusión de velas, para Démeter, la diosa de la agricultura. Los cristianos decidieron adoptar la tradición, pero a la bendición para las semillas, añadieron otra bendición especial para las velas o candelas.

De ahí el nombre de "Candelaria". Las velas que se bendicen este día evocan un antiguo festival de las luces precristiano, ya que con ellas pretendían iluminar el oscuro camino de la deidad que reinaba en las profundidades de la tierra; pero ahora son consideradas como luces poseedoras de grandes poderes contra el mal, las tormentas, las enfermedades graves y los temblores de tierra.

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